Alemania también comenzarÃa a desarrollar su propio Internet
Brasil no ha sido el único paÃs que ha pensado en blindar por completo sus comunicaciones, al menos a altos niveles de gobierno. También lo será Alemania, ya que Deutsche Telekom, la principal compañÃa de telecomunicaciones del paÃs, ha pedido la colaboración de otras compañÃas alemanas para un Internet propio.
El movimiento ha surgido luego de que se ha descubierto que la canciller Angela Merkel habÃa sido espiada a través de las comunicaciones de su teléfono móvil. Lo cierto es que Almenania ya se estaba preparando para algo asÃ, ya que desde el mes de agosto la misma Deutsche Telekom comenzó a ofrecer a sus usuarios un sistema de e-mail encriptado que envÃa tráfico solo a través de servidores ubicados en Alemania.
A pesar de que la decisión habÃa encontrado algo de resistencia en sus etapas iniciales por parte de las compañÃas que son competencia de Deutsche Telekom, muchas de ellas extranjeras como Vodafone o Telefonica de Alemania, casi todas han comenzado a analizar la situación para ver de qué manera el tráfico no sea ruteado hacia servidores de otros paÃses que podrÃan originar casos de espionaje.
Pero hay un problema mayor y es que el tráfico de cualquier alemán que acceda a Facebook o a Google tendrá que pasar por servidores ubicados en otros paÃses de Europa o EEUU, incluso si la comunicación es con otra persona que se encuentre en la misma Alemania. Para que un Internet propio de resultado, se tendrÃan que albergar de forma local los sitios más populares, además de que los datos también tendrÃan que ser guardados solo en servidores alemanes. Es difÃcil, pero no imposible y cada compañÃa alemana está estudiando ahora si obligarán o no al gobierno a presionar para el albergue de páginas y datos personales, solamente en Alemania.
Parece que vamos camino a un Internet cada vez más cerrado y tal vez sujeto a fronteras en un futuro. Algunos ya califican al movimiento como «la balcanización de Internet», cuando en Francia también han comenzado a surgir propuestas similares a las de Brasil y Alemania, si bien aún no han cobrado fuerza.
VÃa | Reuters