Los ordenadores se inventaron para ayudarnos y no al contrario

Los ordenadores se inventaron para ayudarnos y no al contrario

Escrito por: Fernando Alvarez    11 abril 2013    2 minutos

Cuando los primeros ordenadores hogareños irrumpieron en el mercado, éramos muchos los que creíamos que un ordenador era algo así como una caja mágica, una máquina como las de las películas de ficción, que podía contestar preguntas y hacer la mayoría de las cosas por nosotros. Que podía hacernos la tarea del colegio o contestar el teléfono por sí solo.

Pronto nos dimos cuenta de que no era tan fácil, como esperar con los brazos abiertos la respuesta a todas nuestras preguntas. Primero había que aprender a usar su sistema operativo, si es que lo tenía, en cuyo caso negativo había que aprender a programar el trasto. Si podíamos, copiábamos código de revistas para que el ordenador hiciera algo o comprábamos los programas que ya venían hechos y listos para ser ejecutados. Lo que mucha gente pensaba sobre los primeros ordenadores en nuestras vidas cotidianas, no era exacto; al ordenador había que «alimentarlo» de datos para que el resultado fuera medianamente bueno.

Luego llegaron los sistemas operativos Windows, Linux y Apple que fueron subiendo de versión con el paso de los años. Todos habían mejorado mucho, todos habían progresado en interfaz gráfica, pero seguían con el mismo inconveniente: todavía no eran capaces de hacer todo lo que se pretendía de él e incluso para peor, ya que además de no poder ayudarnos en todo, había que ayudarlos a ellos.

Nos hicimos especialistas en instalar los parches, mejoras o actualizaciones, compilando, investigando, quemándonos los ojos por saber por qué tal o cual aplicación se cuelga en mi versión de sistema operativo «X» y funciona de maravillas en el sistema operativo «Y», cuando ambos tienen el mismo kernel. Hemos llegado a un momento en el que nosotros trabajamos más que el ordenador en vez de que la cosa sea a la inversa. ¿No habían sido creados para trabajar para nosotros?

No hablo de un sistema operativo en especial, ni de un ordenador en especial. Lo que digo se aplica para cualquier SO moderno, que de tanto parchar y parchar y de tanto compilar y compilar ya cansan al usuario. Lejos de sacarle provecho al ordenador y de hacerlo productivo, todavía tenemos que trabajar para él.

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