Podemos decir que de momento Internet es una dictadura de Google. El popular buscador, que se ha transformado en una mega-corporación de contenidos, ha facturado 38.000 millones de dólares durante el año pasado yendo a parar casi todo ese dinero a los bolsillos de los accionistas de Google. El 90% de los sitios web perciben ingresos que en la mayoría de las casos son casi anecdóticos, mientras que poco perciben los bloggers, webmasters y propietarios de la mayoría de los sitios.