Solo cuatro meses después del lanzamiento oficial, Windows 10 recibe una nueva y gran actualización que modifica una parte del sistema operativo. El paquete de Microsoft se ha hecho muy popular en el mundo, por lo que no es de extrañar que el equipo siga trabajando en mejorar todas las características, además de en brindar nuevas que permitan contentar a los usuarios.
Las opiniones en torno a Windows 10 son bastante buenas. El sistema operativo ha gustado a los usuarios y se sigue descargando y comprando, algo que está provocando que Microsoft se haya puesto las pilas a la hora de implementar nuevas características y solventar errores. A pesar de todo, todavía quedan algunos fallos que están dando que hablar. Lejos de solventarlos con pequeños parches, se ha programado una nueva y gran actualización que llegará próximamente.
Internet Explorer es uno de los navegadores web más longevos de Internet. Está con nosotros desde el inicio incluso de las páginas web, con varias versiones que han traído felicidad y problemas a partes iguales. Ya sabéis que las tecnologías se van quedando obsoletas, por lo que a las desarrolladoras no les queda otra que terminar el soporte para obligar a llevar a cabo la actualización del software. Si, pronto le tocará el turno al navegador de Microsoft.
Nosotros mismos hemos tenido más de un problema a la hora de activar nuestra copia original de Windows. Con el paso de los años este proceso se ha ido mejorando, aunque Microsoft sigue trabajando en el software encargado de la tarea con el fin no solo de que no dé errores, sino también con el objetivo de hacerlo más sencillo. De hecho, debido a los inconvenientes que existen en Windows 10 se han visto obligados a publicar un FAQ para dar solución a los errores más frecuentes.
Han sido muchas las ocasiones en las que hemos hablado sobre la seguridad de Windows 10. Los rumores y análisis indicaban que Microsoft estaba recolectando todo tipo de datos de los usuarios, enviándolos automáticamente a sus servidores para almacenarlos con propósitos que no han quedado claros. Sin embargo, ante la polémica, la compañía ha tenido que dar algunas declaraciones al respecto. Llegan en buen momento.
Remontémonos hasta hace casi un año, hasta octubre de 2014, cuando Microsoft confirmaba que querían implementar ORTC en su próximo navegador web, Edge. El mayor enfoque iba a estar dirigido a las comunicaciones de audio y vídeo, por lo que el trabajo que quedaba por delante era el suficiente como para que el equipo estuviera bastante atareado. Afortunadamente, las tareas se han realizado muy rápido. Desde hace unas horas está disponible la primera versión en pruebas, la cual puede probar cualquiera.
Windows 10, el último sistema operativo de Microsoft, sigue hacia adelante con su carrera por conseguir la mayor cantidad de usuarios. Ya sabéis cual ha sido una de las principales intenciones de la compañía: llevar el paquete a la mayor cantidad de dispositivos, intentando aunarlos a todos bajo un mismo sistema. Algo que, en cierta manera, han conseguido.
Actualizar a Windows 10 ha sido una tarea bastante sencilla. Solo había que aceptar la reserva y esperar a que todos los ficheros se descargaran para proceder a la instalación. Una descarga que, según las conexiones, podía tardar varias horas. Pero los usuarios no han pensado en una cosa: ¿qué sucedía si no se aceptaba la reserva? En un principio, nada. Simplemente el programa de actualización se paralizaba.
Microsoft ha cumplido con todas las expectativas que se había propuesto. Quería crear un sistema operativo único, que sirviera a muchas plataformas, y que también supusiera un soplo de aire fresco en el sector. Y lo ha conseguido. La gente sigue hablando de él un mes después de su salida a la venta. Incluso, muchos profesionales están pensando en actualizar, lo cual es una excelente noticia.
Si no conocéis RC4, enseguida os ponemos en materia. En esos tres caracteres se esconde uno de los sistemas de cifrado de flujo más utilizados de la actualidad. Los contenidos de las conexiones mediante SSL, TLS o WEP se cifran gracias al protocolo, por lo que está claro que su importancia es máxima para la seguridad de las redes. Lo que la gran mayoría de usuarios no sabe es que muchos programadores le están dando la espalda debido a lo inseguro que es, con múltiples fallos que ponen en peligro las comunicaciones.
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